8 de junio de 2009

Por eso estoy contento...

Según las costumbres cotidianas o la lógica, donde se mezclan los sentimientos, de cariño, tristeza, extrañeza hasta miedo, creo que debería estar triste. Sin embargo no lo es así.
Es una pena que tenga que darse así, pero es donde uno ve el valor de las amistades.
En lo personal me siento muy afortunado, y agradecido con Dios y la vida, por la presencia de los amigos, en el momento que uno los necesita. Asi fue como nuestros amigos, los mejores, rindieron su respeto para mi primo Erick, cada uno a su modo que llevaba la consternación y sin importar lo mucho, poco o nada que conocieron a Don Gabriel.
Esos momentos aunque tristes, son de oro.
Agradezco a todos y cada uno de los amigos presentes el día sabado. Los que hicieron el esfuerzo por llegar y acompañarnos. A los que no estan cerca pero se hicieron notar con unas palabras por telefono.
Me siento orgulloso por todos ellos, por que tambien se que son mis amigos.
Gracias

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