21 de diciembre de 2021

ENTRE GENERACIONES

Encontré este texto en una red -


Imagínate haber nacido en 1900.
Cuando tienes 14 años
Comienza la Primera Guerra Mundial
y termina cuando tienes 18
con 22 millones de muertos.

Poco después, una pandemia mundial
Una gripe llamada ′′ española ",
mata a 50 millones de personas.
Sales vivo y libre,
Tienes 20 años.

Luego a los 29 años sobrevives a la crisis económica mundial que comenzó con el colapso de la bolsa de Nueva York, provocando inflación, desempleo y hambre.

A los 33 años los nazis llegan al poder.

Tienes 39 años cuando comienza la Segunda Guerra Mundial y termina cuando tienes 45 años durante el Holocausto (Shoah) mueren 6 millones de judíos.

Habrá más de 60 millones de muertos en total.

Cuando tienes 52 comienza la guerra de Corea.

Cuando tienes 64 comienza la guerra de Vietnam y termina cuando tienes 75.

Un niño nacido en 1985 piensa que sus abuelos no tienen idea de lo difícil que es la vida,
y sobrevivieron a varias guerras y catástrofes.

Un chico nacido en 1995 y hoy de 25 años piensa que es el fin del mundo cuando su paquete Amazon tarda más de tres días en llegar o cuando no consigue más de 15 ′′ likes ′′ por su foto publicada En Facebook o Instagram...

En 2020 muchos de nosotros vivimos en la comodidad, tenemos acceso a diferentes fuentes de diversión en casa y a menudo tenemos más de lo necesario.

Pero la gente se queja por todo.

Sin embargo, tienen electricidad, teléfono, comida, agua caliente y techo en la cabeza.

Nada de esto existía antes.

Pero la humanidad sobrevivió a circunstancias mucho más graves y nunca perdió la alegría de vivir.

Tal vez sea hora de ser menos egoísta, dejar de quejarse y llorar.



Históricamente, todo eso sucedió; No todos lo viven, a pesar de tenerlo "a un lado" y una opinión sobre las generaciones actuales y como se preocupan por cosas que fueron innecesarias pero que hoy están tan arraigadas que estamos obligados a necesitarlas.

De ahí parto mencionando a una persona que conocí. El abuelo de mi esposa, Pedro Darío Mendoza vivió 107 años con una perfecta lucidez del pensamiento y salud, salvo el deterioro natural del organismo. Sin embargo, sus recuerdos relatados se centraban en su niñez y preadolescencia con labores en el campo, la ayuda a su familia y el esconderse de los federales carrancistas durante su vida en su natal Tlaxcala.

Tal como lo dice la enumeración de sucesos, utilizó telégrafo, teléfono, fonógrafo, reproductor de cd, la radio, el televisor y también la PC, donde buscaba relatos de historia de la revolución. Gozó de los avances médicos incluso "sufrió" una angioplastia y varios años después, una intervención quirúrgica donde le colocaron un prótesis de aluminio por fractura de cadera, esta última con 97 años, cuando le conocí.

Toda esa tecnología que nació durante el periodo de vida de Don Darío sin duda cambió el mundo, sin embargo el carácter forjado fue por las propias situaciones de vida en las carencias y retos como el de cuidar de una familia: esposa, hijos e hijas. Trabajar en un banco como mensajero, mantenerse y crecer trabajando y criando a todos sus hijos con las costumbres propias de una persona de campo con la creencia de la superioridad en capacidades y posibilidades del género masculino. Aún así a sus hijas les dio lo necesario y les trato con firmeza. Todas lograron hacer una vida de bien y de independencia.

No recuerdo que Don Darío mencionara los viajes a la Luna o que comprara una máquina de coser eléctrica, pero si sus remedios herbolarios efectivos y de como armaba y desarmaba a la perfección una maquina de coser de pedal y banda.

En el futuro la lista aumentará y habrá cosas que, como hoy y como en toda época, son minimizados por que ya estaban ahí cuando nos tocó llegar y no sabemos el trabajo, esfuerzo o la suerte que se tuvo para que fueran creados o descubiertos. Es un hecho también que seguiremos diciendo que las generaciones actuales son mas débiles que la precedente. Veamos en algunos años que sucede cuando relatemos lo sucedido durante esta pandemia, esperando sobrevivir a la misma.