5 de julio de 2011

SANTO, SANTO, SANTO…(*)

En una publicacion de Quorum (revista digital de Tlaxcala) encontré la siguiente reseña

BIOGRAFIA DE UN HEROE POPULAR LLAMADO SANTO EL ENMASCARADO DE PLATA (I/III)

RICARDO ABDÓ BEJOS

ricardoabdo140@hotmail.com
¡Carajo, hace 10 minutos que te lavé y ya tienes las rodillas negras.-

Fueron las palabras de mi madre mientras me arrastraba al cuarto de baño para limpiarme piernas y manos con la toalla que pagaría las consecuencias de mi juego de “carreterita” en la negruzca tierra del jardín. Al mismo tiempo que sucedía esto, la bocina del Chevrolet 1952 que tenía mi padre aturdía el entorno, principalmente la estrecha calle donde vivíamos. Hablar de Pachuca, Hgo. en aquel año de1959, es hablar de una ciudad pequeña en donde se conocían prácticamente todos sus habitantes, en donde el único quehacer de las tardes dominicales, era ir al cine a ver las dos o tres películas por 4.00 o 5.00 pesos que costaba el boleto y cabe señalar que lo anteriormente citado sucedió a las 15.45 hrs. de un domingo. Fui llevado y metido en el ya citado monstruo mecánico en el asiento trasero, e inmediatamente me puse a jugar con el cordón forrado de vinil que colgaba del respaldo del asiento de enfrente y que remataba con dos casquillos cromados en ambas puntas.

El llegar al Centro de la ciudad, estacionar el auto, entrar en el cine y comprar los boletos rectangulares que salían en tira de una misteriosa tapa de metal de la taquilla, fue cosa de un momento. Para un niño de 7 años, todo aquello era grandísimo; las paredes pintadas de azul, las protecciones de granito, las puertas, etc. Era un mundo de faldas Chanel y pantalones bombachos, también zapatillas de tacón de aguja y pesados zapatos bostonianos. Ya con menos prisa, entregamos al sempiterno hombre de la entrada los minúsculos billetes que acreditaban el derecho a presenciar la función, éste los cortó en dos y dio a mi padre una mitad y la otra la depositó en una urna de madera. Pasamos como bólido por la dulcería para que no se me ocurriera pedir alguna golosina, y mi progenitor haciendo gala de su fuerza hizo a un lado las pesadas cortinas de pana y terciopelo que impedían que entrara la luz a la enorme sala del ya vetusto Cine Alameda.

(*) un agradecimiento especial a nuestro amigo Ricardo Abdó, por cedernos la primicia de esta obra, de próxima presentación editorial. (REVISTA QUORUM)

Terminaban “los cortos”, que comprendían la proyección del noticiero denominado “El Mundo al Instante”, dicho informativo se proyectaba en blanco y negro, daba las noticias seis meses después de lo ocurrido, nos ponía altanto de los descubrimientos científicos y también actuaban representando chistes Ponponio y Kikaro, dos conocidos cómicos de la época y por último se promocionaban las películas que se proyectarían en un futuro próximo y como epílogo teníamos que soportar los anuncios publicitarios de comercios de la localidad (en transparencias fijas).Aquella tarde, se proyectó la cinta “Santo contra el Cerebro del mal” filmada en 1958, dirigida por Joselito Rodríguez, actuaron con el enmascarado Joaquín Cordero, Norma Juárez y Alberto Insúa.

Ese fue mi primer contacto con el personaje que llegaría a ser el único héroe popular auténtico que ha dado México, que nunca fue producto de planes publicitarios, un héroe de verdad, capaz de arrancar gritos y porras tanto en los rines como en las salas de cine, el gran protagonista de historietas impresas en color sepia, llamadas foto novelas o historieta. En aquellos años, en el que el cine mexicano, contaba con las grandes luminarias como Joaquín Pardavé (finado en 1955), los hermanos Soler, Dolores del Río, María Félix, Marga López, Pedro Infante (finado en 1957), Jorge Negrete(finado en 1953) y muchos otro tantos talentos histriónicos, que colocaron nuestro cine en las marquesinas de gran parte del mundo y que son contemporáneos del Santo, un hombre que usaba una máscara y si embargo lo podíamos reconocer, panzón, con una precaria formación, hecho en los rines de lejanas provincias y colonias céntricas de la Cd. de México, ¡sí! Este hombre tuvo como competencia a los grandes del cine clásico nacional, a las grandes estrellas que dieran la vuelta al mundo en las pantallas de plata; y que sin embargo tenían más audiencia sus películas que las otras, incomparablemente, aquellas, de mayor calidad.

Cuando se tiene contacto con el medio artístico y cultural, te puedes dar cuenta de la denodada lucha que emprenden actores, creadores plásticos o visuales por conseguir un sitio en el competido y frívolo mundo de la fama, cuando quise entender el fenómeno de Santo, me vino a la memoria las palabras de Federico García Lorca refiriéndose a los toreros “Hay quien tiene el duende y quien no lo tiene”,y el Enmascarado de Plata lo tenía, con máscara y panza pero lo tenía. Quien fue Santo, su nombre era Rodolfo Guzmán Huerta, quinto hijo de siete hermanos, nació en Tulancingo, Hgo. el 23 de Septiembre de 1917, hijo de Jesús Guzmán Campuzano y Josefina Huerta Márquez, desde muy joven se destacó como un gran atleta, primero en el béisbol y posteriormente en el fútbol americano.¿Cómo se involucró Rodolfo en la lucha libre?; el destino, su hermano mayor Jesús se decide a trabajar como luchador y más tarde lo secundan otros dos hermanos Miguel y Javier, el primero logró cierto renombre como “Black Guzmán”, que incluso llegó a competir en los Estados Unidos y también obtuvo, aunque por corto tiempo, el campeonato mundial de peso medio. Javier fue conocido como “El Pantera negra” Guzmán e hizo también un excelente papel en los cuadriláteros, lamentablemente muere en un accidente en uno de sus combates de lucha libre. Esto no amedrentó las decisiones de los hermanos Guzmán, seguirían en la lucha libre y en la lucha por la chuleta los otros tres hermanos. Integrado a estos menesteres debuta Rodolfo Guzmán el jueves 28 de Junio de 1943 en la ya extinta Arena Peralvillo Cozumel en la calle de Constancia número 69 y según el programa, guardado por su primera esposa, se presentó con su nombre verdadero. Siguió en el espectáculo con nombres como el de “Rudy Guzmán”, y según algunas fuentes, cuando utiliza por primera vez la máscara lo hace con el nombre de “El Hombre Rojo”, posteriormente como “El Enmascarado”, El Murciélago II”, etc.

-¡Pelearan a dos caídas de tres, sin límite de tiempo. En esta esquina el Cavernario Galindo y en esta otra Santo el Enmascarado de Plata!-

Quizá para los aficionados a las luchas de corta edad este anuncio no les signifique gran cosa, pero para los cincuentones y sesentones nos evoca muchas cosas, la Arena Coliseo, la Arena México, para los que somos oriundos de Pachuca, Hgo. la Arena Afición y obviamente las películas del Santo. Rodolfo casa en la década de los 40, con María de los Ángeles Rodríguez Montaño, con quien procreó diez hijos, demostrando así, que no llegaba tan cansado de las luchas en el cuadrilátero y emprendía otras en el camalátero con Mari de los Ángeles, sus hijos son: Alejandro Ma. de los Ángeles, Héctor Rodolfo, Blanca Lilia, Víctor Manuel, Miguel Ángel, Silvia Yolanda, María de Lourdes, Mercedes Leticia y el Hijo del Santo.

No se hacía “super”, se iba al mercado, con canastas de vara, hermosamente tejidas y reforzadas a veces con tiras de cuero de chivo aun con pelo que les daba cierta belleza, también se usaban bolsas tejidas en yute, generalmente ralladas y predominando el color rojo. A la entrada de cualquiera de estos mercados se encontraban niños o jóvenes que por uno o dos pesos te acompañaba en el recorrido cargando dicha canasta y que conforme pasaba el tiempo pesaba más a consecuencia de la compra del recaudo.¿Cuándo nace el Santo?, según algunos “Santomaniaticos y otros Santófilos, se le ocurrió a Chucho Lomelín, para manipular la actitud del público, cabe señalar que en sus inicios Rodolfo era un luchador rudo, todo un villano del cuadrilátero y se puso el santo como antítesis y que la gente exclamara – ¡A pa Santito!- pero al paso del tiempo y de manera espontánea se volvió técnico. Como ya dijimos, don Chucho Lomelín es quien lo bautizó con ese nombre y también es este personaje quien lo entrenó para su debut el 26 de Julio de 1942. Esta primera lucha en contra del “Lobo Negro” fue un desastre: Santo fue descalificado por rudo, por cochino, pero se dio un fenómeno muy extraño: la combinación de la máscara y el físico de Rodolfo produjeron un personaje carismático, que le decía algo al público. Esto no paso desapercibido para don Chucho su manejador, por eso cuando llegó Rodolfo todo desilusionado de su actuación contra el Lobo Negro y le comentó su decisión de abandonar la lucha para siempre, lo convenció de lo contrario. México de los cuarentas, México de la XCW, de la XEQ, se difundían las noticias en aquel entonces del ataque de los gringos a los japoneses en las islas Aleutianas, comenzaba la batalla del Bolga, la razia de los judíos en París por el Ejército Nazi, etc. Los anuncios del detergente FAB y su cancioncita de “Siga los tres movimientos de Fab: remoje exprima y tienda”, Chocolates “LaAzteca” que también tenía la suya la letra decía así:

La Azteca, la Azteca, la Azteca ha dado fama al chocolate nacional, los anuncios de la leche Santa Bárbara, Bárbara, Bárbara.

Todos los empaques eran de papel, se hacían cucuruchos de periódico para despachar el frijol, los chiles secos, los charales etc. También se utilizaba el papel de estraza para la carne junto con papel encerado, la manteca de cerdo se vendía en unas cajitas armables de cartulina parafinada, no era preciso comprar por litro el aceite, te lo despachaban en envase retornable de vidrio y te podían vender un cuarto o medio litro, el tendero de la esquina o el abarrotero del mismo mercado. Casi no había basura, la bolsa del pan se usaba para quitarle la grasa a lo que se freía, los botes de hojalata como recipientes del jabón para lavar los trastes o para echar agua en el lavadero, los pocos refrescos que se tomaban en aquellos días se vendían en envases de vidrio retornables, que tenías que comprar o dejar importe. Recordemos que en aquellos días no existía la televisión, ni supermercados. Era generalmente la gente rica o la clase media alta quien tenía teléfono, también el automóvil era privativo de esta elite y solo había uno por familia. Uno de los artículos más caros y codiciados por el sexo femenino eran las medias de seda, en tiempo que duró la segunda guerra mundial, eran tan caras que muchas de las damas se maquillaban las piernas y con un lápiz delineador de cejas se pintaban una línea en medio de la pantorrilla que bajaba hasta el talón, simulando la costura de dichas prendas. Era el México que añoraban nuestros padres, un país muy diferente en un mundo también muy diferente, la gente de aquella época también era diferente. Contextualizar al Santo en la historia implica muchas cosas, la necesidad de consolidar nuestra identidad ante los embates de las culturas extrajeras, de tener un héroe, pero uno propio con quien identificarse, Santo llegó a llenar una necesidad en muchos sentidos: un héroe del pueblo y para el pueblo, de masas, que vence al mal en todas sus modalidades: el luchador rudo, la bruja, el vampiro o la vampira, la mafia, las momias, los extraterrestres, la magia negra, etc…

…continúa

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