28 de marzo de 2010

De un domingo con ventisca

Brama Eolo que tu ira maldita poco me asusta.
Azotas las ramas y derribas la guarida de criaturas indefensas,
las aves huyen de tus terribles alaridos.

Esparces el fuego en las secas praderas,
escupes tierra a los ojos de los mortales,
los cegas y dejandolos a merced de tu furia
los arrojas al piso.

No me detendré ante tu furia,
antes he de pagar dos monedas de bronce en el inframundo,
que temer tu ira y arrodillarme ante ti.

Los marineros te respetan
piden proteccion de Neptuno,
para no ser alejardos de su hogar y
perderse en las aguas.

Brama, hazlo que tu ira no me vencerá
apoyare mis plantas en la tierra
y no me derribarás,
me encorvarás pero no me arrodillaré

De espaldas o de rodillas no lo haré
Soy un mortal con la voluntad de un Dios.
soy Yo, un Titán.

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