30 de octubre de 2008

Dulce Noviembre


En lo personal... el frío es lo mejor. Es por eso que Otoño e Invierno son mis estaciones favoritas. Incluso para caminar por la calle, mientras el aire frio se cuela entre las ramas de los arboles arrastrando las pocas hojas, desnudandolos y dejandolas a tu paso, para solo escucharlas crujir bajo tus pies.
Recordando la compañia de esa persona que dio calidez a ese otoño, caminabamos por la plaza despues de haber comprado una paleta, a pesar de que hacia frio o de unas papas fritas con catsup, queso extra y .......limón: que combinacion mas extraña.
Aquellas caminatas por el centro de la ciudad y admirando los monumentos, edificios y calles adoquinadas tratando de recordar alguna de las leyendas que por ahi se forjaron en dias antiguos.
O, aquel día que despues de dar una vuelta por el vivero nos quedamos platicando en un área con pocos árboles. El clima no era factor para alejarnos de ahi; riendo, discutiendo alguna situación ocurrida en días anteriores, dando y pidiendo consejos. Habia pasado tanto tiempo que nos percatamos de ello cuando la luz de dia era poca, eran las 6:00, el vivero se cerraba a las 5:30. Nos encontrabamos en un extremo alejado de la entrada donde habia dejado el coche.
Ya no habia gente en el lugar, y caminabamos rapido mientras se hacia mas oscuro. Los bloques con arboles sembrados propiciaban una vision fantasmal y con la temperatura bajando, experimentabas visiones de sombras y el sonido del aire entre los arboles que se mecian ayudaban a tu imaginación a sentir escalofrio. En un cruce nos topamos con un policia del vivero, aquien le preguntamos por donde salir y de mala gana nos contesto que ya estaba cerrado todo y el unico lugar por donde salir era la entrada justo de donde veniamos.
El nervio comenzaba a fluir y el como le hacemos para salir. Ignoramos al policia en su caminar en sentido contrario y continuamos con nuestro paso, despues de avanzar otro poco, y seguro que el vigilante no estaba cerca, Le dije - creo que mejor nos brincamos para salir- no nos quedo otra.
Asi que cual ladrones, nos brincamos la barda del vivero y con la suerte que Policias que venian sobre la banqueta y viendo hacia donde nosotros elegimos nuestro punto de escape, no se percataron de eso.
La seriedad termino cuando llegamos al coche y soltamos la carcajada, sabiendo que tiempo despues nos acordariamos de esa vez que nos quedamos dentro del vivero.

Asi paso el otoño, entre risas, anecdotas y varias travesuras, que seguramente apareceran escritas por aqui. Pero sobre todo en el mes de Noviembre, un dulce Noviembre

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